Ciencia puede significar tanto el conjunto de conocimientos sistematizados y verificables, acumulados por la humanidad por medio de la utilización de diferentes métodos (la historia de las teorías, descubrimientos e invenciones de los grandes genios de la humanidad); como el conjunto de métodos que posibilitan el desenvolvimiento y la validación de un nuevo conocimiento (como la historia de la evolución del método científico).
Sea cual sea su sentido, no hay como disociar la ciencia del contexto sociocultural en que se inserta.
Objetivos de la Ciencia
La meta más relevante de la ciencia es la comprensión de la realidad.
Para llegar a esa comprensión, además de describir los fenómenos y eventos que constituyen el universo, la ciencia identifica las causas, en busca de principios o leyes universales.
Como las actividades científicas dependen tanto de los conocimientos viejos y nuevos, así como de los instrumentos de investigación, sus resultados no son definitivos o inmutables.
Autonomía de la Ciencia
La historia de la ciencia es influenciada fuertemente por los factores políticos y culturales del contexto en el que se inserta.
Por lo tanto, la ciencia no está inmune a las turbulencias y calmas de los sistemas sociales.
Esa forma de concebir la ciencia nos permite crear una visión unificada de los procesos que conducen la historia de la humanidad.
Aunque sus tradiciones son singulares, la ciencia no debe ser considerada un fenómeno histórico particular, ni un agente de mudanza social completamente autónomo.
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